Nació en Italia, no se sabe cuando; fue la primera ginecóloga de la historia. Estudió medicina en Salerno, allí estaba el primer centro médico independiente de la iglesia. Trótula destacaba entre las “Mulieres Salernite” o Damas de Salerno que era el grupo de mujeres médicas que estudiaban con ella. 

En el siglo XII algunos copistas atribuyeron sus libros a su marido y algunos historiadores trataron eliminarla de la historia diciendo que: “sus trabajos incluían escritos quirúrgicos demasiado complicados, para que una mujer los escribiera”. Aunque por suerte hoy Trótula es reconocida como la primera ginecóloga y se estudia en las universidades.
Sus teorías médicas fueron increíblemente avanzadas, hablaba sobre la natalidad, las causas y tratamientos de la infertilidad, y señaló que: “es igual de frecuente que la concepción se vea impedida por un defecto del hombre como de la mujer”. Su tratado más famoso, “Passionibus Mulierum”, explicaba la menstruación, la concepción, el embarazo, el parto, el control natal, las enfermedades del útero y de las vías urinarias.
Para ella era más importante que las enfermedades femeninas fueran tratadas por mujeres, por conocer éstas mejor el cuerpo de la mujer que un médico varón. Se preocupaba por la relación entre médico y paciente, tenía interés en la pediatría e interés por aliviar los dolores del parto. Trótula escribió un segundo tratado sobre el cuidado de la piel, la higiene y la cosmética. Consideraba la prevención como el aspecto más importante de la medicina.
Las obras de Trótula hablaban de temas como la salud, sexualidad, curaciones, remedios, control de la natalidad, causas y tratamientos de la infertilidad, del cáncer, enfermedades de la piel, de los ojos y la sordera e hizo los primeros tratados pediátricos de la historia.
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